El uso de los cosméticos naturales
Los cosméticos se han utilizado a lo largo de la historia, y en la actualidad, se acrecienta la tendencia a utilizar productos naturales, tal como ocurría hace siglos.
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El uso de los cosméticos a lo largo de la historia
Desde sus inicios, la sociedad ha hecho uso de una gran variedad de productos cosméticos naturales, aunque no fue hasta el siglo pasado que se creó una industria química orientada a mejorar la acción y efectos de estos productos sobre la piel y el cabello.
Actualmente, la sociedad tiende a volver de nuevo al uso de productos naturales, independientemente de la edad que se tenga.
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De las primeras civilizaciones, aproximadamente en el 5.000 a.C., tenemos restos arqueológicos del uso de estos productos. Una de las civilizaciones más antiguas conocidas, la sumeria, nos ha dado a conocer, a través de la tumba de la reina Shub-Ad, que utilizaban utensilios de belleza, así como tablillas sumerias con fórmulas de productos de belleza que, por aquel entonces, se reservaban a los médicos.
En el antiguo Egipto, la fabricación de cosméticos adquiere una gran relevancia, ya que las mujeres se maquillaban varias veces al día. Utilizaban compuestos formados por leche de burra, harinas, levaduras, miel, arcilla y aceites. Además, se aplicaban todo tipo de desodorantes y tónicos, e incluso los médicos escribían tratados en referencia a estos temas.
En Grecia y Roma, ya se había establecido una verdadera industria de productos de belleza y cosméticos, aunque tan sólo los usaban las mujeres pertenecientes a la alta sociedad. Algunos productos y aplicaciones destacables eran el oro en el rostro, pinzas para alargar las pestañas, contorno de ojos e incluso tintes para el cabello.
"Con el tiempo, se está regresando al hábito de uso de los productos naturales."
Las mujeres romanas se aplicaban ungüentos con limón, rosa y jazmín para conseguir una piel suave, además de piedra pómez para sus dientes y numerosos perfumes y esencias.
En la edad moderna, la Iglesia prohibió este tipo de productos, por lo que hacia el S. XVIII comenzó la comercialización de los productos envasados en plata, porcelana y lacados.
En el S. XIX volvió a imponerse la naturalidad. Las mujeres utilizaban esencias de ámbar, así como compuestos de frutas como la naranja, limón y fresa. Por aquél entonces, estaban de moda los rostros blanquecinos, ya que era la forma en que las mujeres de la alta sociedad se diferenciaban del moreno de las campesinas que trabajaban al sol, por lo que utilizaban mascarillas, leche y preparados a base de vinagre y limón para conseguirlo.
Actualmente, los avances científicos han permitido el desarrollo de la industria química, permitiendo que los cosméticos estén al alcance de la mano de todos aunque, con el tiempo, se está regresando al hábito de uso de los productos naturales.
Propiedades de la cosmética natural
Actualmente, los productos naturales son una interesante alternativa a la cosmética química. Están fabricados fundamentalmente por componentes de origen vegetal, lo cual le atribuye algunas ventajas con respecto a los químicos, como lo son el fortalecimiento y mejora de los procesos dérmicos, además de que no suelen producir efectos secundarios ni alergias.
Cómo se obtienen los cosméticos naturales
La obtención de los productos naturales suele ser mediante la destilación de las plantas y las flores, obteniendo así sus aceites esenciales, que conservan todas las propiedades de la planta y actúan directamente sobre la piel.
Cosméticos naturales más comunes
Algunos de los productos más comunes son:
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Aceite de almendras dulces: Se caracteriza por sus propiedades suavizantes. Es ideal para la realización de masajes, ya que tiene grandes propiedades de hidratación. Se suele combinar con otros aceites esenciales, usándolo también para el tratamiento de los cabellos secos, consiguiendo un brillo, suavidad y nutrientes que le darán vida.
Aloe vera: Es la hoja de un cactus. Las propiedades fundamentales son anti-inflamatorias de la piel, analgésicas en caso de quemaduras, regeneradoras del proceso de cicatrización de la piel y antisépticas, ya que acaba con los microbios de la superficie cutánea.
Caléndula: Es una planta herbácea cuya esencia se obtiene mediante maceración. Tiene propiedades regenerativas y es ideal para las pieles muy sensibles como, por ejemplo, la de los niños. También sirve para acabar con irritaciones de la piel, quitar las rozaduras e inclusive como hidratante para después de ducharnos.
Cáñamo: Tiene un aceite muy rico en ácidos grasos esenciales, que se obtiene mediante presión en frío de los cogollos de esta planta. Tiene propiedades reafirmantes, hidratantes y regeneradoras. Además, no contiene THC, por lo que no produce efectos secundarios.
Algas: Purifican y eliminan las toxinas de la piel. Se pueden utilizar en pieles mixtas y grasas. Son muy ricas en yodo, minerales, vitaminas y sales, por lo que se pueden utilizar para tratar el acné.
Otros productos naturales beneficiosos para la piel
Los destilados son los productos que obtenemos al destilar las plantas y flores, extrayendo así sus aceites esenciales. Algunos de los destilados más conocidos son el agua de rosas, que relaja, refresca y reduce las bolsas de los ojos, el agua de tomillo, que desinfecta las pieles grasas o con acné cuando se utiliza a modo de tónico, el agua de romero, que se usa también como tónico, eliminando arrugas, y el agua de manzanilla, recomendable para las pieles sensibles.
Dentro del grupo de exfoliantes naturales, podemos ver la jojoba, el árbol de té o la caña de bambú micronizada. Estos eliminan las células muertas sin agredir a nuestra piel.
"La obtención de los productos naturales suele ser mediante la destilación de las plantas y las flores, obteniendo así sus aceites esenciales."
Las arcillas son bien conocidas por su capacidad para eliminar toxinas y regenerar la piel. Se aplica sobre el cuerpo y la cara, se espera a que seque, y se retira con agua o un destilado adecuado.
Las mascarillas naturales restauran y regeneran la piel. Se deben aplicar en la cara y cuello, ya que son las zonas dérmicas más castigadas y donde se empiezan a apreciar los efectos de la edad.